Portada aleatoria del post

Cómo se crea un espacio público emergente y cómo beneficia a la movilidad activa

cover para el post Cómo se crea un espacio público emergente y cómo beneficia a la movilidad activa
Foto: Alonso Cruz

El espacio público no es sinónimo de plaza o parque ni tampoco es un lugar al que nos sea difícil acceder. Nuestra vida fuera del hogar nos pone en contacto con él directamente: al caminar por una banqueta, sentarnos sobre los escalones que usamos para subir una calle o esperar en el bordillo de un camino.

Víctor Hugo en Los Miserables mencionaba al hablar de París y un pilluelo que crece en ella, “Si preguntamos a esta gran ciudad: ¿Quién es ése?, respondería: es mi hijo”. Las personas siempre nos apropiamos de la ciudad y sus espacios, y ocurre lo mismo al contrario, en menor o mayor medida esta influye en nosotros de forma inconsciente, independientemente de cuál sea el contexto urbano. Nos forma a través de las experiencias que nos ofrece y estas nos permiten explorar diferentes maneras de ser nosotros mismos. 

Se sabe que las personas nos comportamos de forma diferente cuando convivimos con nuestra familia, nuestra pareja, nuestros amigos o a solas. Lo mismo ocurre cuando hacemos uso del espacio público. La forma en que lo aprovechemos y nos desenvolvamos  en él dependerá de la diversidad de actividades que tengamos la oportunidad de realizar. Por ejemplo, en una calle a veces solo requerimos esperar, otras veces en ella nos ejercitamos, jugamos o contemplamos por un momento el paisaje.

Por ejemplo, para el caso en el que necesitamos desplazarnos por el espacio, adoptamos la forma que nos es más sencilla o accesible de utilizar. Tal vez en muchas ocasiones se prefiere pedir un taxi o usar el auto particular. No es hasta cuando tenemos un lugar seguro, en donde las condiciones de las calles nos hacen sentir comodidad, que logramos explorar otras formas de movilidad que no hubiésemos pensado en utilizar bajo condiciones menos generosas.

Un proyecto que provee nuevas oportunidades de movilidad es la apertura de calles activas o de una calle flexible. En ellas se cierra o segrega el paso de los vehículos motorizados y estas adquieren un sin fin de posibilidades. Si la ocasión lo permite, se puede explorar el transitar las calles caminando, en monopatín, bicicleta, patines, etcétera. Una vez que se tiene un contacto con estos modos de movilidad y se exploran sus beneficios, se abre una ventana de oportunidad para que las personas comiencen a identificar que es posible realizar una transición a ellos, en un principio recreativos, hacia verlos como su forma de movilidad cotidiana. Lo mismo puede ocurrir al realizar cualquier otro tipo de actividad en el espacio público.

Nos encontramos en un momento de la historia de muchas ciudades en el mundo en el que la gente busca re-apropiarse de los espacios destinados a los vehículos motorizados en beneficio de la vida en los barrios. Se generan espacios para la movilidad, recreativos, para el consumo de alimentos y el descanso. Las pandemias actuales, tales como las relacionadas con enfermedades cardiovasculares o la COVID-19, nos han pedido adaptar las calles y generar acciones emergentes de respuesta rápida a estas situaciones, para mantener el distanciamiento social o ejercitarnos al aire libre de forma segura, por ejemplo.

Las ciudades han tomado su forma a través de los años, influidas por distintos estilos de planeación y las formas de pensamiento de sus gobernantes en turno. Se entuban canales o se recuperan ríos, se aíslan parques a través de rejas o se crean nuevos espacios de recreación. Aunque muchas decisiones ya se hayan tomado, nunca es tarde para generar intervenciones en el espacio público que lo mejoren y se adapten a las necesidades actuales, en donde se incluya la voz de todas las personas, sin importar su edad, género, etnia, condición socioeconómica, orientación sexual, etcétera.

En general, la puesta en marcha de un proyecto de intervención del espacio público requerirá de integrar por lo menos las siguientes acciones:

  • Lograr una coordinación interinstitucional y multisectorial, que genere procesos de diseño participativo que respondan a las necesidades de las personas a las que estará dirigido.
  • Se sugiere que el diseño se encuentre en torno a los criterios de calidad urbana que propone Jan Gehl, enfocados en generar espacios seguros, con confort y de disfrute.
  • Si se trata de un proyecto emergente, por lo menos deberá contar con seguridad vial y pública.
  • La seguridad pública no solo se logra a través de rondas del personal del municipio, la ocupación del espacio por parte de las personas facilita su vigilancia.
  • El confort permitirá que las personas tengan deseos de permanecer en el espacio y habitarlo.
  • La integración de elementos de disfrute en el espacio, como mobiliario o estructuras con formas y texturas atractivas, da pie a que se generen experiencias memorables para todas las personas usuarias.
  • Los materiales para habilitar la intervención pueden ser tan variados como se proponga. Es posible utilizar asientos de madera, pintura, macetas, mesas, sillas, bancas, conos, barreras o tambos plásticos; lo que se requiera para el éxito del proyecto. Se sugiere revisar los materiales con los que ya se cuenta en almacenamiento para reducir costos por la adquisición de nuevos.
  • Si bien, la implementación del proyecto puede realizarse por el personal de los municipios, es una excelente oportunidad de generar colaboraciones en donde participen vecinos, de tal forma que comiencen a generar una apropiación del espacio.
  • Los proyectos emergentes podrán estar sujetos a pruebas y modificaciones. En general, la ciudad y sus espacios son mutables, cambian su composición, se expanden.
  • La aplicación de mecanismos de monitoreo y evaluación es indispensable para registrar cambios en el número de personas que hacen uso del proyecto, recabar sus opiniones sobre este, así como identificar áreas de mejora.

Los principales retos para la intervención de espacios públicos son la inexistencia de interés y voluntad política por poner en marcha nuevos proyectos, así como el desconocimiento de su relevancia para el desarrollo de las personas. En los últimos años, y con el apoyo del urbanismo táctico, se ha demostrado que acciones urbanas de bajo costo generan un alto impacto en la vida de las personas que utilizan las intervenciones. Si bien, la sociedad civil ha impulsado esfuerzos de poner en marcha proyectos por cuenta propia, es de suma importancia la participación de los municipios para lograr que estos se consoliden en políticas públicas que les den continuidad y los consoliden.

Tenemos a nuestra disposición distintas posibilidades de movernos y usar el espacio público, sin embargo, mientras no tengamos los espacios suficientes para explorarlas, seguirá siendo complicado cambiar los hábitos y paradigmas que se tienen respecto a la centralidad de los vehículos motorizados.

Disclaimer: Las opiniones expresadas en esta entrada son opiniones de la(s) persona(s) autora(s), no una posición oficial de UK PACT.

Comparte

Copiar link
Cover del autor Alonso Cruz
Alonso Cruz

Alonso Cruz es Ingeniero Arquitecto por el Instituto Politécnico Nacional. Ha participado en la elaboración de instrumentos sobre movilidad no motorizada y brindando acompañamiento para la implementación de proyectos emergentes en el espacio público y sobre movilidad ciclista.

En coordinación con:

logo gobierno de mexico
logo sedatu
logo semarnat
Al hacer clic en "Aceptar", acepta el almacenamiento de cookies en su dispositivo para mejorar la navegación, experiencia de usuario y analizar el uso del sitio.